Meditación FAMILIAS , NIÑOS Y ADOLESCENTES

Tradicionalmente el sistema educativo ha dado una clara prioridad al desarrollo de habilidades académicas frente al aprendizaje socio emocional de los niños y adolescentes. Actualmente no hay duda que para el desarrollo integral de la persona, junto al desempeño competitivo, es importante dotar a los niños y jóvenes de estrategias que garanticen la estabilidad emocional y la tolerancia social.

En este sentido, la práctica de mindfulness o atención plena desde la infancia ayuda a formar personas y sociedades más conscientes, éticas, resilientes y libres en su toma de decisiones. Así mismo ayuda a implantar y afianzar hábitos adaptativos que, además de favorecer el aprendizaje, previenen la temprana aparición de trastornos psicopatológicos comunes en la edad infantil y adolescente.

Mindfulness en los colegios y aulas ayudar a desarrollar habilidades para reconocer y regular las emociones, aprender técnicas específicas para la mediación de conflictos, la relajación y el desarrollo de la capacidad de atención y observación sin tensión. Los niños aprenden desde el cuidado y la mirada interior para luego aplicar lo integrado a su vida diaria y en sus relaciones.

QUIZAS TE ESTES PREGUNTANDO, ¿ CÓMO PUEDO EMPEZAR A CREAR UNA VIDA ABUNDANTE PARA MI Y MI FAMILIA?

Empieza por estas sencillas técnicas: 

El paseo consciente es una técnica de meditación que podemos practicar fácilmente en familia. Nadie duda de las ventajas de meditar, tanto a nivel psicológico (tranquilidad y relajación, concentración) como físico (asociadas al descenso del estrés). Las épocas de exámenes, de cambio de ciclo (los cambios estacionales o los finales o inicios de curso) o de crisis... resultan estresantes para todos, los peques y los papás, y la meditación puede ayudarnos a sobrellevar ese estrés.Hay muchas técnicas de meditación, algunas más sencillas, ideales por si te estás iniciando en esta poderosa herramienta.Uno de los puntos más importantes que debes tener en cuenta es que debes practicar a diario (hay que seguir meditando todos los días para ir cogiendo práctica y que los beneficios del control mental sean cada vez mayores). Antes, solo recordad que la meditación trata de que la mente se tranquilice fijándose en el presente, que deje de agobiarse pensando en todo lo que ha sucedido en el pasado (sobre lo que no podemos actuar ya) o en lo que puede suceder en el futuro (que siempre imaginamos lleno de situaciones fuera de nuestro control). Así, permaneciendo anclados en el presente, nuestra mente encuentra la paz (y nosotros con ella).

El hogar suele ser el lugar compartido por las familias, por lo que es el espacio ideal para compartir, también, la meditación. A continuación, comparto contigo una serie de meditaciones para practicarlas en casa: (accede al banco de recursos que tengo preparados para ti )              

Meditación «Buenos días» El «Buenos días» consiste en lo siguiente: antes de desayunar, sentaos tranquilamente, haced 3 respiraciones profundas del tipo “4-6-8” (contando hasta 4 mientras se inspira, reteniendo la respiración mientras se cuenta hasta 16 y espirando mientras se cuenta hasta 8). Los niños pequeños pueden hacer 2-8-4. Luego, cerrando los ojos, hay que pensar en algo por lo que se esté agradecido a la vida: puede ser el propio desayuno, el día soleado, que la familia esté bien… y se formula mentalmente «Buenos días, día. Gracias por…». Permaneced unos minutos así, y, para terminar, otras 3 respiraciones y… a por el día.

Meditación de la vela Esta meditación también es muy sencilla: se basa en que la observación atenta de un objeto ayuda a que la mente se centre. Sentaos de manera cómoda, puede ser con las rodillas cruzadas o sentados en una silla con los pies tocando el suelo, y haced seis respiraciones iniciales (4-6-8 los mayores y 2-8-4 los niños).

Con las luces apagadas y una vela encendida a la altura de los ojos, os situáis alrededor de ella y la miráis fijamente, pero sin forzar la vista. Permaneced así dos o tres minutos. Parpadead lo menos posible. Al cabo de ese tiempo, cerrad los ojos y visualizad la luz de la llama. La veréis como una forma semejante a la de la llama de la vela de color anaranjado. Intentad situarla mentalmente en el entrecejo y centrad la mente ahí. Os llegarán multitud de pensamientos, pero vosotros dejadlos ir. Si la imagen mental desaparece (y se convierte en una mancha negra, por ejemplo), volved a abrir los ojos y observad la vela otros dos o tres minutos. Luego abrid los ojos y repetid la operación. Unos 15 o 20 minutos son perfectos para esta meditación de la vela, que, por cierto, también se llama trataka. Esta meditación es especialmente buena pera los niños, porque su práctica continuada los ayuda a desarrollar la concentración y la atención y a potenciar la memoria.

Meditación con el mantra « Hoy es un día maravilloso, todo es perfecto para mi»

Para esta meditación hace falta respirar unos minutos (con los ritmos que hemos citado antes) concentrándose en cada inspiración y espiración. Luego se empieza a repetir la frase “Hoy es un día maravilloso, todo es erfecto para mi” (no significa nada) inhala largo y profundo antes de empezar a pronunciarla o repetirla mentalmente  (como prefieras), soltándolo poco a poco el aire mientras las vais diciendo y exhalamos largo y profundo,  con la última sílaba.

La concentración en decir la frase bien acompasada con la respiración hace que la mente no se pueda centrar en otros pensamientos y se aquiete. Además, el sonido de esa pequeña cantilena todos juntos también ayuda a ese propósito.

¿Cuántas veces hay que repetirlo? En teoría, en esta meditación uno de los adultos puede hacer de guía con la ayuda de un collar de meditación, que es una especie de rosario (nada que ver con un rosario católico, pero nos sirve de comparación para que se entienda) con 108 cuentas hechas de sándalo o de unas semillas especiales (este es el que yo uso es un brazalete/ collar con el que voy repitiendo mis mantras o afirmaciones).

¿Cómo usarlo?

Se va recorriendo este collar y, cada vez que se pronuncia el mantra, se pasa a la bolita siguiente. Primero se hace más despacio, luego se va acelerando el ritmo y después se vuelve a ralentizar. Es muy útil para tranquilizar la mente, porque pone una cadencia en la respiración que nos relaja, alejando los pensamientos que nos “molestan” (porque la mayor parte de esos pensamientos son verbales y con el mantra no les dejamos que nos inunden) y sirve para relajarse en un momento de especial nerviosismo. No os preocupéis si al principio os parece que esto “es un rollo”, confiad y seguid (y no hay que frustrarse si alguna vez no se repite exactamente o uno se pierde en algún momento), porque los resultados son impresionantes.

Cuéntame, ¿ cómo empiezas tu día? 

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